Otitis Externa

Es una infección de la piel del conducto que se acompaña de dolor, muy conocida como oído de nadador, por su frecuencia y recurrencia en personas que practican natación. Sin embargo, no es el único factor que influye en el inicio de una otitis externa. Ocurre comúnmente en lugares húmedos y cálidos y algunos estímulos iniciadores son heridas por manipular el oído con cotonetes o rasguños al rascarse constantemente el oído. Esto ayuda a implantar bacterias u hongos en la piel del conducto.

El diagnóstico se realiza al examinar el conducto auditivo externo, encontrando inflamación importante de la piel del conducto, secreción abundante con mal olor, enrojecimiento de la piel y se acompaña de mucho dolor al mover el pabellón auricular.

El tratamiento consiste en limpiar cuidadosamente el conducto auditivo externo con ayuda de un microscopio o endoscopio para retirar toda piel muerta, aspirar la secreción del oído y dejarlos lo más limpio posible para iniciar el tratamiento antibiótico en gotas. En los casos en los que no se trata de manera oportuna esta infección, puede extenderse la infección a tejidos como la glándula parótida o la piel adyacente causando celulitis y adenopatías. En ocasiones es necesario realizar varias sesiones de limpieza del oído.